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Alelogia

El Peor final.... difrutenlo por favor

 Estaba mirando viejas fotografías y me acorde de vos y del intento de historia que vivimos. El peor final, el desalmado castigo. Todavía no entiendo como pudimos terminar así, nosotros dos, que parecía que estábamos hechos el uno para el otro.

Como nos conocimos? Aquella tarde llovida de un martes que se moría del aburrimiento, las calles vacías porque Argentina en Chile jugaba un partido decisivo por las eliminatorias y una llovizna que lastimaba como un pulson a todo aquel que se atrevía a desafiarla. A unos cuantos pasos de la estación de Belgrano, que se amargaba de soledad, un chofer del 44 que te discutía a muerte por las monedas que no entraban en esa bendita maquina, vos no te quedabas atrás y los insultos no se hicieron esperar de ambas partes. Yo, en mi asiento de colectivo, me desperté de un sueño de caballos, conejos y galletitas de chocolate, por la confrontación que se estaba viviendo en el colectivo, y como ya había sido insultado horas antes sin mucho pretexto por mi jefe, no soporte los insultos del chofer hacia vos. Y antes de que el pobre infeliz ese pudiera hacer algo, me pare y le emboque un derechazo que hubiera sido la envidia de Ringo Bonaveda y Carlos Monzón juntos. Supongo que todavía me debe estar buscando por Belgrano para devolverme la trompada que le puse aquel día. Pero bue... Los dos por el miedo de mi acto bajamos como un rayo del colectivo y corrimos por Juramento como si el mismísimo chofer nos persiguiera a punta de lanza, era gracioso, parecíamos conejos asustados por un gato montes que no había comido por días. Paramos en Juramento y Libertador, nuestras respiraciones se peleaban por hacerse escuchar y entre nosotros se nos escapaba una sonrisa picara, como la de dos niños que se mandaban una macana de aquellas  y por nada se lo dirían a su mamá. Caminamos juntos un par de cuadras en silencio hasta que pasamos por un bar de Echeverría y Libertador, la invitación a tomar un café no se hizo esperar y un “si” de tu parte mucho menos.

A vos que te gustaba llevar el tiempo de las cosas, ¿Cuánto tiempo habremos estado con el café? ¿45, 60, 90 minutos? Para mi toda una vida, ya que en esa pequeña charla de café nos mostramos tal cual éramos, nos contamos nuestras vidas, nuestros miedos y uno que otro secreto. No se por que, pero hasta el tercer café que tomamos no me había dado cuenta lo hermosa que eras: tu sonrisa que, por suerte, nunca escondías o disimulabas, tus ojos oscuros que miraban para todos lados y de vez en cuando se clavaban a mi como puñales; pero para mi sorpresa no me molestaba, es mas, me gustaba que me miraras fijo y un lindo y loco desafió para mi mantenerte la mirada, tu pelo negro y lacio, que te llegaba un poco mas que al cuello y que tanto me deleitaba la forma que tenia, me encantaría explicar la forma, pero ni esforzándome podría llegar a contar el 10% de la belleza. Ay ay ay, parecíamos felices en esos tiempos, es gracioso y triste a la vez ver como ahora nos tratamos como si fuéramos dos desconocidos, dos personas que no se importan y por mera casualidad del viento cruzan un par de palabras sin importancia. Ante de la despedida nos cambiamos números de celular y msn para hablar a la distancia sin vernos, simplemente leyendo, pero era mejor eso que nada, que una ignorancia absoluta de tus días y tu vida.

Que linda semana que pase, los mensajes por celular me hacían sonreír cada vez que ese aparato sonaba en mi bolsillo. Nuestras charlas nocturnas en la computadora eran la excusa perfecta para que yo pudiera dormir con una sonrisa. Con decirte que en esa semana no me molestaba el trabajo, y con lo mucho que me molesta los ataques de estrés de mi jefe y el boludeo continuo de mis compañeros de laburo. Que semana majareta, que semana.

Y así paso, de mensajito a mensajito, de charla a charla por MSN llego el sábado, y no te podes imaginar lo rápido que paso la semana, y ahora que estoy acá sentado en esta puerta de un edificio llorando por lo que no fue putee por no haber saboreado mas esa semana. Quedamos encontrarnos el sábado en tu casa, el viernes me acuerdo que fui con un amigo a comprar ropa, todavía me acuerdo la cara de sorprendido antes mi petición, ¡¡imagínate!! ¡¡Theo yendo a comprar roma!! El que nunca se compraba ni una mísera media. Parecía una mina, vaya que lo parecía, me probé las mil y una prendas, y para ser sincero no las escogía según mi gusto, si no, para ver si te gustaba a vos, si podía llegar agradarte y anotar unos puntos extras para la causa. Ya ni me acuerdo que compre, quizás un jean, una remera de manga largar y un buzo, sin contar esas zapatillas que tanto me gustaban, esas de lona, negra y blanca, todavía las tengo, pero sucias y olvidadas en algún rincón de mi cuarto. Quizás como vos me tenes ahora a mí.

Llego el sábado, nunca me había levantado con tantas ganas un día de laburo, por suerte el sábado solo trabajaba hasta medio día, hasta me levante silbando, silbando me levante. Me prepare mi clásica leche con chocolate en polvo y salí al laburo. Ni los 100kg de yeso que un cliente quisquilloso, ni que me tenia que quedar una hora mas en la fabrica me sacaron la sonrisa, no pudieron, pero se esmeraron muy bien tengo que aceptar.

¿Qué paso? ¿Fui yo que me mande una cagada imperdonable o fuiste vos que te aburriste de mi? Ya no se, y es muy probable que ni me importe ya.

Tome el 44 en Pompeya, ahí, a cuadras de donde quedaba la fabrica en la cual mes a mes me ganaba los mangos para el pan, el agua y especialmente para la joda, lo tomaba al lado de donde Homero Manzi creció, se educo y donde escribió esas inmortales letras de tango, esas que lastiman tanto cuando uno esta mal del corazón. No me podía dormir en el 44, y eso que siempre dormitaba en los viajes que hacia en ese colectivo, quería llegar ya a Belgrano, nunca un viaje se hizo tan largo. Mientras esperaba llegar a destino, vos me indicabas como llegar a tu nido, que fuera para acá, luego para allá y después tomara tal colectivo, nunca fuiste buena para dar indicaciones. Era obvio que era más fácil llegar a la clásica estación de Belgrano que esta vez estaba contenta, tenia muchas (MUCHAS) personas a sus alrededores, y luego tomar el 114 y caminar un par de cuadras hasta tu casa. Que viaje mágico que fue el que tome con el dicho colectivo, se mando por Monroe directo. Llegue a tu casa, un lindo edificio, con muchas plantas, ya ni me acuerdo en que piso vivías ¿4C? Quizás. Saliste a abrirme y el alma se me cayo a los pies, estabas mas linda que la ultima vez que te vi y lo que recordaba en la semana.

¿Tengo que escribir sobre lo que paso ahí adentro? Charlamos, vimos mucha tele y mimos, los hermosos y gloriosos mimos. Tu cuarto estaba decorado con los cuadros que pintabas sin duda eras una gran artista, en cambio el mío estaba lleno de bollos de papel con cuentos que nunca tuvieron un final y puchos sin terminar. Abrazados acostados en la cama y el beso no vino, nos molestábamos con cariño y el beso no vino, tanta cosas hicimos y el beso jamás vino. Dormí disfrutando del momento, quizás por miedo a arruinar el momento sin saber que por no buscar el beso ya lo estaba arruinando sin vuelta atrás posible. Y así fue, mi cobardía arruino todo, por jugar a no perder lo perdí todo. Te enojaste y de forma simulada, aunque me di cuenta, te hiciste la molesta por una enfermedad y me pediste que me vaya, me fui, llore por el momento que derroché, por que no te tire la boca en el momento, no se... no se che.

Al día siguiente fui a tu casa sin avisar, así a lo cabeza fui. El camino hacia tu casa se hizo interminable y los nervios me comían la cabeza, pero no podía dejar que todo termine así, no lo iba a permitir. Otra vez aquel edificio con las plantas por donde mire, me acerque a la puerta y toque el timbre ¿4C había dicho? Saliste sorprendida, que estabas ocupada me dijiste y mis miedos crecieron, te miraba con una inmensa tristeza, como un condenado a muerte mira por ultima vez una hermosa mariposa, te diste cuenta y me preguntaste que me pasaba. Me acerque a vos, tome tu pera y mi boca se fue acercando a la tuya. NO y mi boca se alejo, NO y mis manos soltaron tu pera, NO y mi mundo se vino a bajo de un solo tiro. Muchos “NO” en tan solo uno. Me fui derrotado, abatido, desalentado, aplastado hay tantas palabras que podría usar para ese momento y ninguna podría explicar con perfección lo mal que me sentía.

Habían pasado un par de días, te llame pero estabas ocupada, pasaron otros nuevos días y te volví a llamar pero no tenias tiempo para hablar, no me quedaba otra que esperar mas jornadas para intentar que me des una oportunidad para arreglar todo, pero no me la diste, te llame y te pedí 5 minutos para hablar, no quisiste y para rematar cortaste.

El peor final y el peor castigo de tu parte, nunca me diste la chance de cambiar las cosas y ahora estoy asi, sin ganas de nada y solamente lloro al escuchar tu nombre.

Espero que seas feliz como no lo soy yo.

2 comentarios

Pablo -

loco, no te conozco, pero te digo la verdad, me pareció excelente como escribiste esto... y la verdad que tal vez no todas las minas sean unas trolas, pero la gran mayoría si, espero que la próxima todo tenga un transcurso un poco más feliz, suerte!

demia che como si no supieras quien soy :p -

q cosa, como vas mejorando en los cuentos...aun asi tiene un final jodido, y cortado de raiz, como si el mismo cuento deseara terminarse...
aun asi es la primera vez q te veo vomitar el mostruo del desamor de una manera tan increible...esto, y lo que escribiste y me mostraste recien, son una prueba irrefutable de que me pasaste por mucho...aun asi voy a seguir dandole...me inspira saber lo mucho que avanzaste chabon
aunq la verdad podrias haber elegido otra mina q no fuera la puta reconchuda calienta pijas de mierda esa de karina men...no se merece ni un saludo esa puta barata...dejate de joder...si ella dice q no solo porq se ofendio es porque es una puta jodona de mierda que no tiene engrasado el quinto forro del culo y camina de costado, y por eso se pone nerviosa...q se deje de joder puta de mierda meada por toros, bicicleta de pueblo de cuarta q se vaya a lavar el orto...puta...*respira pesadamente con ojos de cinico pero alegre...*
y buen che, me pase q hace mil no te firmo XD
de vuelta: increible men, increible
suerte
cuidate
cyasss