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Alelogia

Nueva Temporada del blog!!!!

Sisisisisis.... bienvenidos a la nueva temporada de Alelogia xD nuevos cuentos, nuevas boludeces y esas cosas.....
Perdon por la ausencia... pero volvi


Los 2 caminos de un heroe
Todo parecía perdido, San Isidro City se encontraba bajo el ataque de un monstruo, el cuarto de lo que va de Abril, pero esta vez no era Eôl, el ojo flotante o Gorbog, el cíclope. Era un oso de gigantescas proporciones que destruía y devoraba todo lo que se encontraba a su paso. Los ciudadanos huían masivamente como hormigas, era lo único que podían hacer, lo único que sus instintos les permitía bajo los ataques de las criaturas. Gritos de desesperación se escuchaban en todos los rincones de la arrasada ciudad, el caos era absoluto y el fin, inminente.
-AHÍ ESTA!!!!- Gritó el Sr Film mientras apuntaba con júbilo al cielo lleno de polvo, los aterrados civiles fueron poco a poco levantando la vista... los gritos de pavor se fueron transformando en gritos de victoria y esperanza, porque ahí a lo lejos venia volando EL, su salvación. Un hombre alto, de cabellos verdes y grandes músculos venia acercándose a toda velocidad, su gran capa negra tenia una “T” dibujada, la misma “T” que tanto temían los hijos del mal. Su cara mostraba una gran frialdad, decidido a terminar con todo lo que pusiera en peligro a la ciudad y a las inocentes almas que vivían en ella.
-Alejandro!!! Cuantas veces te tengo que decir que limpies tu cuarto!- era el reto de una mamá enojada con su hijo.
-Mamá, cuantas veces te tengo que decir que no soy Alejandro, soy- y acá el chico fuerza exageradamente la voz –Theodorus, El destructor del mal- y le proporciona un buen golpe en medio de la cara al enorme oso de peluche, el mismo oso que le había regalado la abuela chola para uno de sus ocho cumpleaños.
El monstruo al recibir tremendo golpe del Superhéroe de la ciudad, voló rápidamente por los aires y se estrello sin remedio contra uno de los edificios más grandes y ricos de la ciudad, que no pudo soportar el impacto de semejante criatura y se vino a bajo de una. Theodorus al ver la catástrofe que se avecinaba, se lanzó lo mas rápido que sus poderes lo dejaban hacia el lugar del desastre.
-Ale, no te lo digo más, limpia tu cuarto o no te llevo a la plaza por la tarde. ¡Ayy la pava!- y se alejó apresurada del cuarto de su hijo al oír el silbato de la pava que la llamaba con desesperación
Ale solo lanzo un suspiro.
Theodorus con su visión de calor desintegro hasta convertir solo en polvo los grandes pedazos del edificio que caían hacia el suelo, aunque no pudo evitar que uno o dos lo hicieran. Al ver que ya no caían más fue hacia el suelo, tenia que sacar los escombros rápido si quería salvar a los sobrevivientes que se encontraban atrapados.
Nuestro querido niño después de acomodar unos objetos que parecía que se caían de su escritorio, vio la frazada toda amontonada en un rincón de su cuarto, le fue muy fácil saltar la cama, un poco complicada la caída... pero nada que este infante no pudiera controlar. Ya estaba en frente del cúmulo de frazada, hizo gestos de fuerza con sus brazos y disimulando un gran esfuerzo físico levanto la misma, abajo se encontraban cantidades de playmobils, soldaditos de plástico y una pequeña variedad de distintos muñecos de acción. Lanzo la frazada hacia su cama y miro con cara de ganador a los muñecos.
Los ciudadanos aplaudían a su héroe y salvador, y como no aplaudirlo! Había sacado grandes ruinas del piso y gracias a ello los paramédicos pudieron rescatar a los sobrevivientes que se encontraban atrapados.
Un grito de horror se escucho de repente!, el oso gigante se levanto entre los escombros del edificio y estaba furioso por el daño que le habían causado.
Ale se lanzó a hábilmente hacia el oso de peluche y comenzó a pelear con el, a revolcarse por todos los rincones de su cuarto, en lo que era una gran lucha sin cuartel, una disputa épica entre el bien y el mal.
-Pero hijo! Deja el oso tranquilo- mamá había vuelto...
Theodorus golpeo con gran fuerza lo que intentaba ser la pera de su enemigo, el monstruo dio unos pasos hacia atrás, se dio media vuelta y cayo pesadamente al basurero de la ciudad.
Ya no se levantaría mas.
Nuestro querido superhéroe se desplazo hacia la casa de gobierno, donde lo esperaba la intendenta del lugar.
-Theo- Dijo ella con vos preocupada y firme –El ataque de este monstruo solo fue una distracción, fue enviado por Sorgo para mantenerte ocupado mientras el robaba unos papeles de suma importancia para la ciudad.
-¡Maldito!- Theo se mostraba furioso por eso –lo buscare y juro que será lo ultimo que el haya hecho.
La mamá se acerco a su hijo –necesito que me hagas un favor- dijo cariñosamente – andá al almacén y compra servilletas, que se terminaron, ahh.. y haceme el favor de sacarte el repasador de la espalda...-
Volaba a más no poder, tenía que encontrar a su archi-enemigo y destruirlo de una buena vez. Ya no había perdón para el crimen que cometió, solo la pena máxima.
Se acerco a la esquina y se fijo si no pasaba ningún auto, al ver que ninguno venía cruzo a saltos la calle, tirando golpes al aire y venciendo a terribles enemigos invisibles.
Los secuaces de Sargo que eran derrotados por el hombre que llevaba la “T” en su pecho pedían clemencia, pero fueron ignorados por un héroe que en lo único que pensaba era en destruir de una vez por todas el mal que acechaba a su querida ciudad.
A mitad de cuadra se encontró con una palito perfecto para usar como espada, y al mejor estilo He-man la levanto sobre su cabeza.
Siguió volando a muy alta velocidad, Sargo no debía estar muy lejos pensó, ya que Cerberus, el perro de su enemigo y más fiel secuaz, se encontraba justo delante suyo. El perro mostró los dientes, demostrando que no le tenia miedo al superhéroe y que defendería el paso con su propia vida. Mordiscos y golpes se repartieron con el can, una batalla sin cuartel con sangre por todos lados.
El perrito de doña Elena no entendía nada (y menos su vieja dueña), ya que tenia al pequeño Ale saltando a su alrededor y agarrándole las patas, haciendo que le tiraba rasguños con sus pequeñas uñas y golpeándolo en la carita con inofensivos golpes. Cuando ya se canso de “jugar” con el perro, ale saco el palito, hizo uno movimientos contra el animalito y éste se escondió asustado entre las piernas de su dueña.
Cerberus estaba vencido, pero ni rastros de Sargo. Parecía que había huido...
-JAJAJAJAJA, venciste a mi leal perro, pero no a mi!- rió Sargo, que salía desde su escondite.
Theodorus se lanzo en un ataque brutal contra el villano.
El almacenero miraba sin comprender mucho a Ale.
-Que te devuelva que? Ale?-.
-Los papeles que te robaste, Sargo-.
El señor lanzo una sonrisa y se fue hacia el teléfono
La lucha fue dura, no se pedía ni se daba piedad. El bien y el mal se confrontaban una vez mas bajo sus dos más poderosos representantes. Ambos estaban agotados, pero estaban decididos a no darse por vencidos. Un buen golpe ajustado por Theo en el estomago de Sargo parecía que por fin inclinaría la balanza de la lucha a favor de los buenos.
-Tomá Ale, llamé a tu vieja, me dijo que le llevaras servilletas-.
Sargo al verse casi derrotado tiro como una especie de bomba de humo, tan pero tan fuerte que por un momento cegó a nuestro héroe. Cuando se recupero, comenzó a buscar al cobarde rival, pero ya era tarde, Sargo había escapado. Así que con la promesa de volver a encontrarlo y eliminarlo se puso a buscar esos papeles tan importantes. No costo demasiado, su visión de rayos “x” es una gran herramienta para estos casos y con un poco de tristeza agarro los papeles y emprendió su regreso a San Isidro City.
Ale dejo con seriedad el almacén, como un hombre que no pudo terminar con todo su trabajo y le pesaba, pero pronto recordó que algunos secuaces de Sargo quedaban por ahí vivitos y causando desgracias.
-Ale! Que estas haciendo en la calle??- pregunto su padre al ver saltar a su hijo, tirar golpes al aire y reírse solo.
-Nada pá- el niño vuelve a forzar la voz y se pone en una pose heroica- Solamente salvando el día-.

1 comentario

abril -

Que ganas tenia de volver a leerte!!!
Ahora, a promocionar este blog como esta mandado.
Mil besos.