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Alelogia

Cuento nuevo!! ^_^

Bueno... volvi de mis ¿vacaciones? supongo que si. Mucha (quizas demasiada) Arena, mar y caracoles. Mucho alcohol y muchas cosas sin sentido que salia de la boca de todos los presentes. Muchos tuneles echos en la arena (todos terminaron catastroficamente abajo, destuyendo mis sueños de seguirlos por varios metros) Todo mi cuerpecito quemado (es peligroso quedarse dormido de espalda en la playa y sin proteccion). Caminar hasta no poder mas (aunque yo hubiera podido seguir unos cuantos kilometros mas en Mar Del Plata) Santa Clara del Mar, un pueblito para ir en familia, tranquilo y todas esas cosas que hacen descanzar a los que quieran... pero bue... vamos a lo importante

Tengo una pregunta... ¿Por que un ser humano asesinaria de las formas mas extrañas a otros doce? Es que tengo todo pensado para una historia policial oscuro y me falta lo mas importante EL MOTIVO de toda la masacre xD ya pensare... ya pensare...

Vamos con el cuento:

El libro: “...Era obvio que aquellos sujetos tenían que tomar aquel tren que se encontraba descansando en la terminal de Retiro, esperando que subieran los últimos pasajeros para comenzar su  monótono recorrido lineal hacia Tigre. Gómez y Tupone guardaron sus placas que los identificaban como policías-detectives y marcharon con falsa tranquilidad hacia uno de los vagones del tren, el furgón.-Calmate che... ya los vamos a encontrar –Intentaba calmar Gómez a su compañero de casoEl pequeño y casi pelado detective se encontraba apoyado contra una de las ventanas abiertas del furgón, deseando bajarse para poder disfrutar de un buen cigarrillo, su mano izquierda se encontraba acariciando el gatillo de su pistola que estaba en el bolsillo de su sobretodo marrón...”-¿Me podes mostrar tu boleto por el amor de dios? –Ordenaba por tercera o cuarta vez con exasperación el guarda del tren hacia aquella mujer que se encontraba hundida completamente en la lectura de un libro. Como todavía seguía sin prestarle ni las mas mínima y miserable de las atenciones el guarda comenzó a picarle el hombro-¿¡¿Eh?!? ¿¡¿Qué pasa?!? –Pregunto una confundida mujer, miraba el tren como si nunca hubiera subido a la formación, como si se encontrara en su casa y al pestañar se viera en aquel tren-El B-O-L-E-T-O –Gritaba exasperado el guarda del tren, ya se encontraba muy molesto, su trabajo se encontraba atrasado por culpa de aquella mujer que leía un libro de vaya uno a saber-Si... si... –la mujer metió la mano en uno de sus bolsillos y después de esquivar con gran habilidad monedas de diez centavos, papeles de caramelos arrugados y un volante hecho bollito, saco su boleto todo magullado y se lo mostró, un poco avergonzada, al hombre. Este se lo agujereo con aquella maquinita que llevan siempre y  se fue al próximo vagón (sin pedirle los pasajes a los demás pasajeros y diciendo un montón de insultos bien bajito para que nadie pudiera entenderlo). Ella miro por la ventana, se encontraba confundida. No sabia si estaba en Lisandro de la torre o en Belgrano, después de preguntarle a un pibe de pelos rojos vestido con una camisa y un jean se enero un poco incrédula que se encontraba a pocos minutos de llegar a Rivadavia. Pocos minutos después pudo ver como ese chico no le mentía.Se encontraba en el furgón compartiéndolo con muy pocos personas, ella bostezo y volvió a abrir el libro que según en la tapa fue escrito por un tal Marcelo Kai (un total desconocido). Recordó como al principio le parecía muy aburrido, denso. Era solamente una clásica y pesada historia de amor, pero con el transcurso de la trama y de las hojas, la historia tomo una metamorfosis sorprendente. El amor seguía, pero ahora estaba metido dentro de una oscura investigación policial, celos, mas amor, poder y mucho dinero. Toda esa mezcla había sido la supuesta causa por la cual aquella bella mujer (Un cuerpo que era la envidia de la gran mayoría de damas, unos ojos como faroles, una cabellera rubia y un lunar cerca de su labio inferior que volvía locos a todos los hombres) murió con tres apuñaladas en a espalda y una en el cuello. Hacia como veinte o veinticinco paginas que los dos detectives se encontraban en la persecución de dos sospechosos que para no llamar la atención siempre viajaban en tren. En el mismo tren que ella, eso era algo que le atraía mucho de la novela aquella, todo ocurría cerca de donde ella vivía, pasaba su tiempo o trabajaba. Ni un EEUU, España o un rincón lejano de oriente, todo en Buenos Aires San Isidro. Por eso no era raro verla con el libro entre sus manos y seguir con sus pasos los caminos que hacían los personajes. Una vez casi explota en llantos de la emoción cuando se pude sentar en aquel banco de la plaza de Don Bosco donde Gómez tuvo aquella charla con el arrepentido de la supuesta banda de asesinos (y no hablar cuando se quedo mirando seria el río de aquel lugar y con sus ojitos buscaba el lugar donde descansaba aquel arrepentido, ajusticiado por sus molestos y enterados ex-compañeros.Por unos momentos saco la vista de aquel libro, el tren se había parado y ella quería saber en cual de las estaciones se encontraba, Vicente López. Antes que su mente volviera a las hojas con palabras y oraciones noto que al vagón (que ya se encontraba vació a esas horas de la noche) subieron dos personas que se le hacían familiares. No sabia muy bien de donde, pero sentía que de algún lugar los había visto antes. Del club del barrio no, mucho menos del bingo de los martes por la tarde. Quizás de la peluquería, no no... Mira como tienen el pelo, como van a ir a su peluquería, Susi no corta tan mal el pelo che. Quiso acercarse para verlos mejor, para identificarlos con mas juicio de visión, pero se quedo helada, uno de esos dos sujetos que había subido le clavo los ojos y lo único que pudo hacer (además de subirle un frió por las piernas hasta llegarle a la cabeza, recorriendo cada centímetro de su asustado cuerpo) fue desviar la vista, mirar aquel gancho donde se cuelgan las bicis, donde la ultima que lo uso se bajo en la estación Rivadavia. Espero unos segundos, a pesar de que le parecía estúpido sabia que esos sujetos le eran familiares, de que de algún lado los sacaba. Disimuladamente siguió con los ojos a esos hombres que se apoyaron contra la puerta que daba contra las vías (la que nunca abre en el recorrido). Uno de ellos hizo algo que le sorprendió, con su mano derecha formo una clase de pistola y simulo que disparaba al piso. Fue todo para ella, ya sabia de donde conocía a los dos, pero tenia que ser imposible. Abrió temblando el libro y retrocedió unas cuantas paginas de donde ella tenia señalado. Por fin encontró lo que buscaba.“...Gómez lo había visto, al mas peligroso de los secuaces de Filipi, Torres. Era flaco, alto y siempre se peinaba con mucho gel hacia atrás. Se encontraba parado junto a la rockola como esperando algo. Con su mano derecha hizo algo que llamo mucho la atención del detective, como una especia de pistola y comenzó a tirar imaginarios  tiros contra el suelo...”Se quedo helada y miles de hipótesis recorrían sin detenerse en su cabeza, casi se le cae el libro de las manos. No podía ser pero lo era, quizás solo era una infeliz coincidencia, posiblemente aquella era la persona en la que el escritor se baso para crear al asesino de sangre fría llamado Torres. Abrió el libro de nuevo y busco la descripción de Olivetti, el compañero de Torres. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para no dejar escapar un chillido de terror. Las características que se mencionaban eran las que ella veía en el otro individuo. Tranquila, no hagas ninguna estupidez, tal vez son actores, si si, actores para la futura película de la novela. Se calmo, pero había algo dentro de ella que no le gustaba, como un no se que del que se yo que le aterraba de todo esto.-Permiso señorita –Una voz le pedía permiso desde atrás. No lo podía creer ese... ese... ese era ¡Gómez! Y el que estaba detrás de el, el que lo seguía fielmente era Tupone (se desilusiono un poco al ver a Gómez, ella se lo imaginaba mas atractivo, un poco menos ojeroso y con menos panza). Si todo esto que estaba pasando delante de sus narices la hubiera dejado mover, lo mas probable es que hubiera huido en la primera estación que el tren se detenga o al menos ir a otro vagón, pero estaba quita, como si la presencia de esos cuatro personajes la ataran al tren. Gómez y Tupone se acercaron a torres y Olivetti. Comenzaron a hablar en voz muy baja, como si no quisieran ser escuchados por nadie mas, en el vagón ya no quedaba nadie mas que ellos y la señora del libro, busco donde puso el señalador, adelanto unas paginas y le costo tragar saliva.“...Los dos detectives ya tenían divisado a sus perseguidos, habían subido a su tren en la ultima estación donde el tren paro. Por suerte para ellos no fueron vistos cuando estos entraron al vagón. Gómez le hizo unas señas a Tupone para que lo siguiera. Solamente una mujer los separaba de aquellas presas que con tantas fuerzas y decepciones habían perseguido-Permiso señorita –Pidió Gómez a aquella mujer que se corrió sin ningún problema...”Quiso llorar, no pudo. Quiso gritar, menos. Quiso huir de ese vagón (por lo que veía todavía faltaba un lindo recorrido hasta la próxima estación, las piernas no le hacían caso. Las ilógicas hipótesis sobre lo que estaba pasando comenzaron a tomar fuerza en su cabeza. Desde que todo esto era una filiación con una de esas cámaras chiquitinas, de esas que inventan los japoneses. Pero faltaba explicar lo de su presencia ahí con la terrible casualidad de una mujer en el libro. Pensó en un sueño, pero el pellizco le dijo con brutalidad que todo eso era real. Tiene que ser algo como una dimensión desconocida. Sea lo que sea no era normal. Y había que salir lo mas rápido posible del furgón de aquel tren que recorría tranquilamente las vías. Conociendo a los personajes de la novela como los conocía (ella suponía, y tan equivocada no estaba, que los hombres que estaban en este tren eran los mismos personajes del libro que ella estaba leyendo). Todo iba a terminar muy mal. Nuevamente abrió el libro, tal vez no podía escuchar lo que hablaban, pero si leerlo.“...-Entrégate che, hace esto mas fácil para todos –Decía Gómez a aquellos malhechores con una increíble tranquilidad.-Gómez querido –Con un tono familiar, como si el detective fuera un primo o un tío le hablaba Torres- Lamentablemente estamos en veredas opuestas y las cosas no pueden ser así de fáciles, unas lastima, una verdadera lastima –Mientras hablaba los cuatro metieron sus manos en sus respectivos bolsillos...”Cerro el libro, intento tomar aire, intento pensar vaya que lo intento pero todo estaba en blanco, nada salía de su cabeza. No era muy difícil  saber para que todos ellos metieron sus manos en el bolsillo. A menos que todos sacaran maracas y papel picado todo iba a terminar a los tiros, y el miedo la abrazo con mucha fuerza, tanto que le impedía leer ese condenado libro. Quien me mando a comprarlo. Mira que tenias para elegir todos los de Soriano, Cortazar y la serie de aquel detective llamado “Demian” que parece muy prometedor en la nueva literatura. Pero no... La señorita agarro el libro poco conocido, ella y sus deseos de leer autores ignotos sin atenerse a las consecuencias, después todo termina así: Una metida en medio de esa novela que era muy probable terminar con una bala entre los ojos antes de poder salir del tren.  Volvió a mirar a los hombres, solamente se miraban,. Como si estuvieran esperando una señal que apareció unos segundos mas tarde, el tren chillo con un sonido grave y Torres se lanzo sobre Gómez. Tupone no pudo hacer nada ante la velocidad de Olivetti que le encajo un terrible golpe en su mandíbula y obligando a su cuerpo a retroceder (mas bien volar) unos cuantos metros por el furgón lejos de Olivetti. Ella se quedo paralizada por el terror que sentía ante ese intercambio de golpes, patadas y de vez en cuando algún que otro cabezazo. “...La única testigo de aquel enfrentamiento no se movía...”  Olivetti después de recibir un golpe de codo que en teoría y en practica le rompió la nariz, saco una 9mm y apunto hacia los detectives-Quietos che –Mientras miraba de reojo como su compañero se levantaba y agitaba su cabeza para recuperarse de un buen golpe y de una dura caída al piso del tren- que no quiero que ninguna mujer se tenga que vestir de negro-Me partís el corazón hermano –Comento molesto GómezElla, que en lo único que pensaba era despertarse de esa pesadilla, no había sido descubierta por los delincuentes-mafiosos-rufianes. Apoyo su espaldad contra una de las paredes del tren, si no fuera por que sus manos bailaban al ritmo de un tembleque abrir ese nefasto libro hubiera sido una pavada. Mas difícil fue leerlo, pero a los al rato se acostumbro al movimiento del libro o posiblemente la situación la obligaba a leer ese libro.“Gómez y Tupone estaban acorralados, ya estaban contando sus últimos minutos en este mundo. Pero algo inesperado los salvo, Olivetti cayo inconsciente al suelo y ambos detectives vieron como una mujer aterrada, la misma que Torres le había pedido permiso para pasar antes, tenia un libro en la mano. Después reducir a Torres fue una...”No puede ser, miro hacia todos lados y ya no había nadie. Eso la transformaba en la única mujer y por ende en la mujer que tenia que golpear a un hombre armado y listo para disparar con el libro que tenia entre sus manos. Pero no, capaz que leyó mal, tal vez se equivoco de hoja, tal vez tal vez... no se tal vez era mejor fijarse otra vez.“...vieron como una mujer aterrada, la misma que Torres le había pedido permiso para pasar antes, tenia un libro en la mano...”Ningún error, ninguna pagina equivocada. Si el libro no se confundía, todavía no lo había echo, aquella mujer que golpeo a Olivetti era ella (siempre y cuando lo hiciera). Dios, que es una locura. Que tiro el libro y me voy a casa como sea. Que dios mío. Debo estar loco. Cerro el libro y lo apretó fuete. Se asomo levemente por donde dos pasajeros tiene la suerte de apoyarse. Podía ver los ojos de Gómez y Tupone que miraban perdidamente a sus agresores. Ahora o nunca. Comenzó a acercarse lentamente hacia las personas que tenia de espaldas. Cada centímetro de su ser se preparaba para una confrontación que jamás esperaba pero que era obligatoria si no quería salir en una bolsa negra de la policía. Solo un par de pasos la separaba de aquel destino que un simple libro le había impuesto sin aceptar ninguna otra palabra en su defensa. Nadie todavía se había percatado de su presencia, solo era cuestión de alzar el libro sobre la cabeza de su victima (después pensó que “victima sonaba muy mal, así que lo llamo “objetivo”) y golpearlo con todas sus fuerzas, como si su vida dependiera de eso (es mas... lo dependía). No se preocupo por el daño que podía causar, el arma era tan gordo como rayuela, además como los viejos libros: a tapa dura. Por lo cual era probable que cayera desmayado (todo ese no le daba confianza, sino por que había leído que el delincuente caería y no se levantaría por un buen rato). Levanto el libro, era increíble como nadie (ni los detectives ni los delincuentes) se daban cuenta que ella estaba atrás levantando un libro para golpear a alguien. Junto fuerzas y tiro para abajo. Paaff y después un Pluff del cuerpo al caer al piso. Gómez y Tupone reducieron casi sin problemas al otro (tal cual estaba escrito) y ella simplemente mirando a Olivetti en el piso con un hilo de baba que le salía por la boca y creaba una laguna en el piso. Su vista se alternaba entre aquel hombre tirado y el libro.-No se preocupe señora, hizo lo correcto –Gómez se la había acercado y le sonreía mientras le mostraba su identificación de policía, no hacia falta ver si esto pasaba en el libro, ella estaba segurísima que si. Le hubiera gustado mucho decir «Ya se que vos y Tupone son de los buenos» pero seria difícil explicar, casi imposible, la existencia del libro, por razones obvias ellos no debían conocer y jamás aceptarían que un libro contarla el destino de todos ellos, salvo ella que lo probo en carne propia. Solo afirmaba con la cabeza a todo lo que los detectives le decían y espero a que el tren se detuviera en la próxima estación, ya había perdido nuevamente la cuenta pero poco importaba. Guardo el libro en el fondo de su bolso, no quería saber nada de el por un tiempo. El tren se detuvo y empezó a caminar por la estación, sintió una voz conocida que la llamaba, la reconoció como la de Gómez. Apresuro su movimiento de piernas, las llamadas hacia ella se intensificaron. La salida estaba a cinco metros, tres metros, un metro unos cuantos pasos. Una mano se apoyo en su hombro derecho y la dio vuelta hacia atrás. Si, era Gómez. Solo pudo decir las primeras silabadas de lo que iba a decir, la mano de la mujer le cruzo la cara como si fuera un látigo (casi con el mismo efecto y daño) y mientras estallaba en llantos y lagrimas le gritaba al policía- DEJAME EN PAZ CGE, DEJAME EN PAZ

Cruzo corriendo la entrada de la estación, no podía controlar sus llantos y nervios. Saco aquel libro de su bolso y camino hasta uno de esos tachos de basura naranja fosforescente, y sin mirarlo, con asco, agarro el libro y lo tiro. Empezó a caminar a gran velocidad, como si aquel objeto la persiguiera pero sintiéndose mas libre de toda esa pesadilla, al cuerno con Torres, al joven Reynoso y todos los personajes de la novela. Se fue caminando por la Avenida Santa Fe pensando que libro se podía comprar, obviamente uno mas seguro y que no expusiera la vida del su lector.

5 comentarios

Abril -

Yo en algunos libros me gustaria estar en que solo fuera el pesonaje que apenas aparece, pero que se entera de toda la historia, en otros no quisiera estar ni de broma.
El motivo de asesinar a otros doce puede haber varias, si quieres luego lo hablamos en el msn, pero entre muchas me quedo porque el asesino tiene algo que ocultar misteriosamente y los doce restantes lo pueden desvelar...tampoco me hagas mucho caso, he visto mucha tele ,gracias a mis pies y de todo lo que he visto, me vuelvo a quedar con "Nueve reinas" que la volvi a ver.
Mil besos.

Iria -

jué... a mi me pasa eso con algun libro... me meto dentro del personaje y no hay quien me saque pero es mera fantasia... si se tradujese a la realidad cuan feliz seria :D jejeje
en fin!
buen relato amigO!
un beso y un abrazo muy fuerte!

Silvia (Mamá) -

Hay hijito... no se que es lo que voy a dejar de hacer primero, si viajar en tren o leer libros de suspenso... muy bueno!
Silvia

iria -

mierda mierda... no me da tiempo esto me pita se apaga... no tengo el cargador!
mañana lo leo!
un besOOOOOOO

Iria -

si hay que echarse cremita una y otra vez cuando te quedas sopa al solecito...
parece que tuviste unas buenas vacaciones, me alegrO!!!
ahora me dispongo a leer el cuento!
un abrazO!